Si preguntamos, los estereotipos de Polonia suelen ser un país católico conservador, donde se bebe mucho vodka, hace frío y tiene una dieta basada en cerdo y patatas. Pero lo que no nos solemos fijar es que Polonia tiene una estable economía creciente, sus empresas se hacen cada vez más relevantes y poco a poco se convierte en una potencia a tener en cuenta a la hora de invertir.
Polonia dejó de considerarse un país emergente para ser uno industrializado hace unos años. Ronda alrededor de la posición 20 en términos de economía mundial, por detrás de España, pero por delante de Argentina o Vietnam. Su posición en el PIB per cápita ronda la posición 40, por delante de Chile, China o Rusia, pero por detrás de los alumnos aventajados de Europa oriental como los países bálticos o la República Checa. Fue una economía poco afectada por el Covid 19 y su economía está muy diversificada en muchos sectores.
De país comunista a una economía europea más
La historia la conocemos, tras el colapso de la Unión Soviética los países de europa central y del este dejaron de mirar a Moscú y pasaron a intentar acercarse a sus equivalentes de europa central y occidental. En 1996 la orientación de la economía de Polonia había cambiado, la mayor parte de su comercio exterior era con países de la UE. En su libro “El fin de la Pobreza”, Jeffrey Sachs habla de Polonia como un caso de éxito de un país que transiciona del comunismo al capitalismo y crece.
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En 2004 Polonia se unió a la Unión Europea, pasando a ser uno de los mayores receptores de fondos europeos, aunque vaya a necesitarlos cada vez menos. Pero su integración en la UE, nada sorprendente desde la caída de la Unión Soviética, ha ido acompañada de fuerte inversión por parte de empresas de países europeos. El coche italiano por excelencia, el Fiat 500, se fabrica en Polonia, al igual que otros modelos populares por las carreteras europeas. Pero al contrario que otros países, Polonia no ha apostado fuertemente por la industria automovilística, sino que es una industria más.
Su economía está bastante diversificada, sin que haya uno dos sectores dominantes, con una fuerte presencia de la industria y la explotación y transformación de recursos naturales. Si echamos un vistazo a las principales empresas que cotizan en la bolsa de Varsovia, veremos empresas financieras, telecos, mineras, petroleras, energéticas, pero también alguna excepción como bienes de consumo y empresas tecnológicas (allegro y CD Projekt Red). Es decir, invertir en el WIG20 o el WIG30 es una inversión relativamente diversificada (más sectorial que geográficamente). Polonia no ha apostado a un único ganador.
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Además Polonia es una desconocida potencia educativa, es cierto que Finlandia y Estonia suelen aparecer los primeros entre los países europeos en el estudio PISA, pero en la última evaluación Polonia quedó por detrás de estos dos países e Irlanda. Siendo su lugar el segundo europeo en matemáticas, por detrás de Estonia. En el ranking universitario de Shanghai de 2021, aparecen diez instituciones de Polonia, frente a cuatro chilenas, una en Rumanía, dos mexicanas o siete checas.
Por último, la economía polaca ofrece un crecimiento más estable y predecible que las economías de otros países europeos. Al contrario que la media de la UE o países como España, Italia o República Checa, el PIB per cápita de Polonia siguió creciendo entre 2009 y 2008, aunque si le afectó la crisis de 2020 de la Covid19. Pero el polaco medio estuvo viendo aumentar su nivel de vida ininterrumpidamente en los 20 años anteriores.
Los problemas de Polonia
Como el resto de economías mundiales, la de Polonia no está exenta de problemas. La primera es que la mayor parte de la riqueza se concentra en la región de la capital, Varsovia. Su PIB per cápita es aproximadamente el doble que la siguiente región más rica y equivalente al de Francia, las regiones más pobres se encuentran al nivel de Bulgaria o Rumanía.
Además Polonia se encuentra en una posición geopolítica complicada, quedando entre dos potencias, Rusia y Alemania. Siendo la primera la mayor amenaza que experimenta este país. Polonia lleva años intentando dejar de depender del gas ruso, y espera conseguir este objetivo en 2023. También es una de las economías que más dependen de quemar carbón para seguir funcionando, lo que les puede acabar causando problemas a la hora de vender sus productos si tienen fama de ser contaminantes o si se imponen medidas arancelarias al uso de combustibles fósiles.
Existe una intención por parte de Polonia para descarbonizar su economía, pero no se espera que llegue hasta 2050. Mientras tanto Polonia tendrá que seguir pagando bastante en términos de derechos de emisión.
Pregunta a los lectores ¿consideran que Polonia es una buena inversión que debe considerarse dentro del portfolio de cualquier inversor o creen que hay mejores oportunidades en el mercado?
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Polonia se está convirtiendo en una potencia económica y es una oportunidad para invertir
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