Elon Musk y Twitter buscan llegar a buen entendimiento y cerrar una de las compras de empresas más rocambolescas vistas en los últimos tiempos, en la que el hombre más rico del mundo lanzó una oferta de compra por la empresa en abril para más tarde desdecirse en julio, alegando problemas de spam y bots en la red social.
Peor Musk ha vuelto a cambiar de opinión y busca alcanzar el acuerdo en la misma cantidad inicialmente ofertada, 44.000 millones de dólares. Pero se le suma un problema… abril era un escenario económico y hoy es otro.
Hoy la cantidad ofertada y las vías necesarias para afrontarla es un gran problema. Morgan Stanley, Bank of America y Barclays, si quieren prestar, sería a un coste de financiación más elevado. Y es que se ha incrementado la inflación, los tipos de interés y la crisis económica se ha profundizado, a lo que hay que sumar el enquistamiento del conflicto Rusia-Ucrania y el comportamiento oscilante de Musk.
Si recordamos la estructura de su propuesta contiene 25.500 millones de dólares de financiación. En forma de préstamos de margen (12.500 millones) y deuda (13.000 millones), así como el compromiso de capital de Musk de aproximadamente 21.000 millones.
Elon Musk ha puesto algunas de sus acciones de Tesla como garantía para préstamos de margen que involucran hasta 12 instituciones financieras. Dichos préstamos se utilizan para que, si Musk no fuera capaz de afrontar las obligaciones contraídas, los prestamistas pueden vender suficientes acciones de Tesla en el mercado abierto sin ningún problema debido a la alta liquidez de su propiedad.
Pero en realidad, cuando los bancos de inversión financian adquisiciones apalancadas, se busca transferir deuda a inversores externos, como fondos de cobertura y otras instituciones financieras importantes. Los bancos cobran unas tarifas para organizar estos acuerdos y luego vender la deuda para reducir el riesgo de que los prestatarios no paguen lo que deben.
¿Qué sucede? Vender esta deuda se ha vuelto más difícil en los últimos meses, lo que representa un desafío para los bancos. Si intentaran vender la deuda ahora, podrían verse obligados a hacerlo y sufrir enormes pérdidas.
Para poner un ejemplo, los bancos se vieron obligados a aceptar pérdidas de un 16% en una reciente venta de bonos para respaldar la compra por valor de 16.500 millones de dólares de la empresa de computación en la nube Citrix, considerada el punto de referencia en el mercado de préstamos apalancados.
Los bancos también pueden mantener la deuda en sus balances, lo que se vieron obligados a hacer recientemente con su compra apalancada de 3.900 millones del negocio de telecomunicaciones de Brightspeed. Tampoco logró vender la deuda de Nielsen Holdings, Tegna o MoneyGram, que fue comprada por bancos que accedieron a financiarla.
No obstante, conociendo como se ha ido moviendo Musk últimamente, no es de extrañar que sea su nueva excusa para no respaldar la compra. Los expertos legales dicen que es probable que Twitter intente asegurarse de que Musk no pueda usar los problemas financieros para retractarse del trato.
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La noticia
Elon Musk y la compra de Twitter: así son los problemas que han creado este culebrón
fue publicada originalmente en
El Blog Salmón
por
Marc Fortuño
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