Que el 2022 puede ser un año de crisis todos lo tenemos claro, los ingredientes están ahí: alta inflación, problemas con los suministros globales, crisis energética, guerra en el este de Europa… pero algunos países llevan la delantera: Sri Lanka está a punto de colapsar, sin ir más lejos.
Sri Lanka es un país asiático con una historia convulsa desde su independencia parcial en 1949 y total en 1972. Una guerra civil que duró 25 años y terminó finalmente en 2009. Y ahora, apenas una década después, su primer ministro presenta un escenario económico apocalíptico.