La despiden tras 27 años como técnica de farmacia por no tener titulación: tendrán que indemnizarla porque verificarlo era cosa de su jefe

La despiden tras 27 años como técnica de farmacia por no tener titulación: tendrán que indemnizarla porque verificarlo era cosa de su jefe

Durante casi tres décadas, una mujer trabajó con bata blanca detrás del mostrador de una farmacia del sur de Francia, atendiendo a pacientes y dispensando medicamentos como cualquier técnica cualificada. Sin embargo, tras 27 años de servicio, una inspección rutinaria descubrió algo sorprendente: no tenía el título oficial de técnica de farmacia.

Aunque ese detalle, en un primer momento, podría llevarnos a señalar a dicha empleada con el dedo, el caso ha terminado teniendo relevancia jurídica para los empleadores de todo el país.

Y es que la justicia francesa acaba de dictaminar que su despido fue improcedente, y obliga ahora al dueño de la farmacia a pagarle 34.800 euros de indemnización, además de 3.000 euros en costas judiciales, por no haber verificado sus credenciales a tiempo.

La argumentación es sencilla: la responsabilidad de comprobar la titulación recaía en la empresa, no en la trabajadora.

Una historia que comenzó en 1998

Todo empezó en 1998, cuando una joven fue contratada como préparatrice en pharmacie —técnica de farmacia— en una botica de la región de Provenza. En aquel momento, nadie le pidió su diploma, y ella comenzó a trabajar con normalidad. La farmacia cambió de propietarios varias veces a lo largo de los años, y su contrato se fue transfiriendo sin interrupciones, la última vez en 2015, cuando nuevos gerentes adquirieron el negocio.

Durante todo ese tiempo, su desempeño fue satisfactorio y nadie cuestionó su cualificación. Todo cambió cuando, a finales de 2017, un inspector de la ARS (Agencia Regional de Salud) realizó una inspección aleatoria y pidió los títulos de todo el personal.

Fue entonces cuando se descubrió que la trabajadora no tenía el diploma oficial exigido por la normativa sanitaria.

De la sorpresa al despido

Los nuevos dueños intentaron obtener una copia del documento. Primero se lo solicitaron verbalmente, y después mediante dos cartas enviadas entre diciembre de 2017 y enero de 2018. Sin embargo, la empleada se encontraba de baja médica desde el 11 de diciembre y no respondió. La dirección decidió entonces suspenderla cautelarmente y, en febrero de 2018, la despidió por falta grave, alegando «mentira» y «falta de buena fe».

El empleador argumentó que ella había ocupado un puesto regulado sin el título necesario, exponiendo al establecimiento a sanciones penales. Pero la trabajadora sostuvo lo contrario: nunca ocultó su situación y, según dijo, los antiguos propietarios sabían perfectamente que no tenía diploma y que trabajaba bajo autorización o supervisión.

La omisión, insistió, fue del nuevo propietario que no revisó los archivos al comprar la farmacia.

Un periplo judicial de siete años

El caso ha ido pasando, a lo largo de siete años, por diversas instancias judiciales, reflejando la complejidad del asunto y la importancia del precedente que estaba en juego.

Finalmente, el Tribunal de Apelación (el máximo órgano judicial francés) fue tajante: un empleador que mantiene durante años una relación laboral sin verificar las cualificaciones no puede despedir por causa grave alegando un defecto que él mismo ignoró o permitió.

En el fondo, la sentencia no pretende eximir de responsabilidad a los trabajadores, sino recordar que la omisión empresarial no puede transformarse en una falta disciplinaria del empleado.

La resolución no hace sino subrayar una responsabilidad empresarial a menudo ignorada, y reitera un principio básico del derecho laboral francés —y extensible a otros países europeos—: la carga de la verificación documental recae en la empresa.

Esto es especialmente importante en profesiones reguladas, como la farmacéutica, la sanitaria o la educativa, donde la titulación no es opcional sino un requisito indispensable para ejercer. Además, el tribunal resaltó que, tras más de dos décadas de vínculo laboral, la empleada había actuado con transparencia y sin engaño.

El fallo, además, recuerda que la responsabilidad empresarial es continua y no delegable, incluso en casos de sucesión o traspaso de negocios

Implicaciones para el mundo laboral

El caso plantea un debate sobre la diligencia empresarial y la gestión de personal en sectores regulados. No sólo se trata de cumplir con la ley, sino de prevenir sanciones administrativas y conflictos laborales. Para ello, los empleadores deben adoptar protocolos preventivos, como el de verificar títulos y certificaciones antes de contratar o al asumir un negocio.

Imagen | Marcos Merino mediante IA

En Genbeta | Fue despedida de su empleo y poco después volvió a la misma empresa con un salario mayor, una jornada de cuatro días y más vacaciones 


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Marcos Merino

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«Las empresas que hoy despiden por la IA, mañana tendrán que ponerse al día». Una líder recuerda que la IA no crea, solo imita patrones

"Las empresas que hoy despiden por la IA, mañana tendrán que ponerse al día". Una líder recuerda que la IA no crea, solo imita patrones

«Esto no sólo es una actitud miope, sino que además es fundamentalmente malo para el negocio. Las empresas que hoy despiden personal en nombre de la IA serán las que mañana tendrán que ponerse al día», son las tajantes palabras de una experta en inteligencia artificial en un artículo que ha publicado en Fortune. Alexandra Ebert es directora de inteligencia artificial y democratización de datos en Mostly AI.

Hace unos días, Jensen Huang, el líder de Nvidia, empresa que ha logrado ser la más valorada del mundo gracias a sus chips adaptados a las herramientas de IA, afirmaba que está convencido de que la inteligencia artificial no va a destruir empleos como afirman los líderes de Anthropic y de OpenAI, sino que va a crear más.

Hoy esta experta añade que «aunque no hay duda de que la IA es excelente para hacer más con menos. Acelera los procesos, reduce el trabajo repetitivo y recupera tiempo»…. pero está segura de que por sí sola no puede crear la próxima generación de productos y servicios. Por tanto, la experta está segura de que las empresas que están despidiendo gente y la sustituyen por IA se van a arrepentir en cinco años.

La IA no inventa, sigue patrones creados

Ebert explica que el pensamiento creativo de crear un negocio totalmente innovador «todavía sólo viene de la gente» porque ella explica que la IA no inventa, sino que se recicla porque es software «entrenado con las ideas de otras personas, imita patrones».

El académico Mark Runco ya ha dicho una frase muy interesante al respecto: «La IA sólo puede producir creatividad artificial». Es decir, puede apoyar a las personas creativas, pero no puede reemplazarlas. Hace unos días veíamos cómo, para entrenar Claude, Anthropic contrató a un hombre para que comprara «todos los libros del mundo», lo que deja claro que la IA se tiene que alimentar de la creatividad humana para ofrecer buenos resultados.

Para Ebert, «demasiados líderes están aprovechando las mejoras de eficiencia generadas por la IA y transfiriéndolas directamente al resultado final. Están sacando provecho de las ganancias a corto plazo y lo llaman innovación».

En sus predicciones, existe la posibilidad de que algunas de las empresas que hoy despiden personal se encuentren volviendo a contratarlo silenciosamente dentro de unos años, una vez que se den cuenta de que la tecnología no es tan capaz como pensaban.

Imagen | Foto de Mirella Callage en Unsplash

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Bárbara Bécares

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