Imagínate que te despiertas un martes y tienes un mail de la empresa en la que trabajas diciendo que van a despedir a 2.500 personas pero sin especificar a quienes. Un rato más tarde tu cuenta de Gmail y de Slack de empresa se te desactivan sin aviso… Eso pasó a los trabajadores y trabajadoras de Carvana, una web de coches usados de Estados Unidos.