Resulta que muchos ciudadanos están fiando su futuro más senior a la carta marcada de la percepción de una pensión cotizada al sistema público de pensiones. Y no es que no sea lo justo, que habiendo cotizado décadas tienen derechos más que adquiridos para aspirar a ello: el tema es si esa pensión va a acabar llegando y, sobre todo, si va a llegar en una cuantía que nos permita vivir cómodamente de ella.
Y con el camino que llevan nuestros políticos, va a ser que no. Así que, sin que debiera ser realmente nuestra obligación, ante la irresponsabilidad de nuestros líderes, los ciudadanos más responsables nos vemos abocados a tener que preocuparnos nosotros mismos por procurarnos un retiro lo más digno posible. Por ello hay que pensar en buscar soluciones alternativas porque, si nos confiamos abandonándonos en manos de nuestros políticos, sólo podemos acabar más vendidos que la madre de aquellos que venden hasta a su propia madre. Y no nos tachen de agoreros porque, si no son ustedes responsables por sí mismos, a lo que se exponen es a una vejez de precariedad y miseria laboral tal, y como retrata ese famoso film de Nomadland, que ya es toda una realidad en Estados Unidos.
Salvo requiebros fiscalizadores de esa legislación española que cada vez da más miedo que espanto, porque lo que hoy vale mañana no creando una ahuyentadora inseguridad jurídica, lo cierto es que a día de hoy una de las mejores opciones sobre la mesa es la de un plan individual de ahorro sistemático. Es el comúnmente conocido como PIAS. Quédense con el nombre, que buena falta les puede acabar haciendo.
Continuar leyendo «No creo que vaya a cobrar una pensión digna cuando me jubile: por qué estoy considerando un plan individual de ahorro sistemático para complementarla»