Han pasado años desde que una distro Linux me llama tanto la atención que siento que quiero convertirla en mi sistema operativo del día a día. Pero es que Archcraft es tan genial, bonita, extremadamente ligera, personalizable y simplemente fenomenal, que estoy considerando el dual-boot por primera vez en un buen rato.
Hasta creo que visualizo un PC en casa solo con esta distro, unos meses o quizás más tiempo en los que trabaje solo con Linux y experimente la vida de otra forma, sea o no permanente o posible a nivel práctico (no puedo dejar de escribir sobre Windows y de probar todas sus novedades). Pero esta distro ha renovado mi entusiasmo por Linux un 200%.