Ahorrar siempre viene bien pero cómo (plan de pensiones, fondo de inversión, etc) depende de tu renta: te explicamos por qué

Ahorrar siempre viene bien pero cómo (plan de pensiones, fondo de inversión, etc) depende de tu renta: te explicamos por qué

El ahorro, sin duda, constituye el pilar central de nuestras finanzas personales, y sus beneficios se extienden mucho más allá de la seguridad y estabilidad económica que proporciona. Contar con ahorros nos brinda una tranquilidad invaluable al estar preparados para enfrentar situaciones imprevistas y emergencias financieras, como gastos médicos imprevistos, reparaciones inesperadas de automóviles o incluso la pérdida de empleo. Además de evitar un endeudamiento excesivo, el ahorro nos otorga la confianza de tener recursos disponibles para afrontar cualquier eventualidad que pueda surgir en nuestra vida.

Pero lo más fascinante es que el ahorro nos permite capitalizarnos a lo largo de los años, y esto se materializa a través de la inversión de nuestros recursos. Los fondos ahorrados pueden ser destinados a diversas formas de inversión, como acciones, bonos, bienes raíces y otros instrumentos financieros. Al tener ahorros, tenemos la capacidad de aprovechar oportunidades de inversión que no solo aumenten nuestro patrimonio, sino que también generen ingresos adicionales.

Un punto especialmente relevante es la diferencia en la fiscalidad entre las rentas del trabajo y las rentas de ahorro. En este sentido, es importante destacar que los tipos impositivos para las rentas de ahorro suelen ser inferiores a los aplicados a las rentas del trabajo en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). De hecho, en la actualidad, existe una diferencia de veinte puntos porcentuales entre los tipos marginales superiores para las rentas del trabajo y las rentas de ahorro en España.

Mientras que el marginal superior en las rentas del trabajo (más de 300.000 euros) alcanza el 47%, para las rentas de ahorro (más de 200.000 euros) se sitúa en el 27%. Esta disparidad impositiva proporciona un incentivo adicional para aquellos que optan por invertir y obtener rendimientos a través del ahorro.

¿Cómo ahorrar?

Ahora bien, la pregunta clave es cómo es preferible ahorrar. En este punto, entran en juego dos productos básicos que ofrecen opciones específicas según el nivel de renta: los fondos de inversión y los planes de pensiones.

Los fondos de inversión, por un lado, son vehículos de inversión colectiva que permiten a los inversores participar en una cartera diversificada de activos financieros. Estos instrumentos brindan la oportunidad de invertir incluso con cantidades pequeñas y obtener una mayor diversificación en comparación con la inversión individual. Su mejor ventaja es que al traspasar un fondo a otro, no pasamos por el fisco, ya que están exentos de tributación, por lo que diferimos la fiscalidad hasta el momento de su reembolso.

Por otro lado, nos encontramos con los planes de pensiones, que están específicamente diseñados para el ahorro a largo plazo y la preparación de la jubilación. Estos planes permiten a los individuos acumular fondos durante su vida laboral para complementar su pensión de jubilación y asegurar un nivel de vida adecuado en esta etapa crucial de la vida. Los planes de pensiones ofrecen la ventaja adicional de contar con beneficios fiscales, ya que las aportaciones realizadas pueden reducir la base imponible en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Esto implica que los individuos pueden disfrutar de un ahorro fiscal significativo en el año en que realizan las aportaciones, lo que potencia el crecimiento de sus ahorros a largo plazo.

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Actualmente, y con efectos de 1 de enero de 2023, el total de las aportaciones y contribuciones empresariales anuales máximas a los planes de pensiones regulados no podrá exceder de 1.500 euros. Un límite que se incrementa en 8.500 euros anuales, siempre que tal incremento provenga de contribuciones empresariales, o de aportaciones del trabajador al mismo instrumento de previsión social, es decir, a un plan de pensión de empleo (PPE). En total, 10.000 euros para deducir en la base imponible en la declaración de la renta.

Y si la renta es baja…

Es importante reconocer que no todos pueden aprovechar plenamente estas ventajas fiscales asociadas con los planes de pensiones. Las personas con ingresos bajos o aquellas que se enfrentan a dificultades para cubrir sus necesidades económicas básicas pueden encontrar limitaciones en la utilización efectiva de los beneficios fiscales de los planes de pensiones. En estas circunstancias, puede ser más apropiado priorizar otras necesidades financieras más inmediatas y urgentes, como la creación de un fondo de emergencia para hacer frente a gastos imprevistos o la reducción de deudas pendientes que generan intereses.

Además, hay que tener en cuenta que las rentas bajas ya cuentan con una base imponible más reducida, lo que puede disminuir el impacto de la deducción por aportaciones a un plan de pensiones. En otras palabras, las personas con ingresos bajos pueden tener una carga impositiva insuficiente para beneficiarse plenamente de la deducción fiscal asociada a los planes de pensiones. En estos casos, es fundamental evaluar detenidamente la situación financiera individual y considerar las opciones que mejor se adapten a las necesidades y posibilidades de cada persona.

Para los supuestos de rentas bajas es preferible optimizar la liquidez si no hay posibilidad de menguar las necesidades financieras. Con la subida de tipos de interés, muchos bancos que compiten para mejorar las captaciones están revisando al alza los TAE de sus depósitos, una oportunidad de sacarle algo a la liquidez que se vaya generando.


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Ahorrar siempre viene bien pero cómo (plan de pensiones, fondo de inversión, etc) depende de tu renta: te explicamos por qué

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El Blog Salmón

por
Marc Fortuño

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Ahorrar en luz de escaparates es un gesto cosmético: las medidas más absurdas de ahorro energético

Ahorrar en luz de escaparates es un gesto cosmético: las medidas más absurdas de ahorro energético

Se avecina un invierno complicado en lo que se refiere al tema de la energía. Con la escandalosa inflación que estamos soportando y los problemas de suministro que pueden darse si Rusia corta su grifo del gas a Europa, los estados miembros de la UE se están esforzando por poner en marcha medidas de ahorro que puedan funcionar en caso de que Putin se ponga todavía más duro.

España ya ha presentado las suyas y ya las ha aprobado en el BOE, las cuales van a estar en vigor 16 meses, hasta noviembre de 2023, y afectan a instituciones públicas y también al sector privado. Se trata de varias medidas de distinto calado y, como siempre, hay algunas que pueden ser efectivas y otras que son más de adorno que de otra cosa.

La que más ha llamado la atención y que ya ha hecho a algunos alzar la voz en su contra (Ayuso siempre en medio de la polémica) es la de apagar escaparates y fachadas cuando no estén ocupados y como hora tope a las 22.00. Esto significa que las calles de las grandes ciudades y arterias comerciales principales van a perder buena parte de su encanto, sobre todo en Navidad.

¿Será efectiva esta medida tan polémica? ¿O solo un acto de cara a la galería? Vamos a verlo todo.

Un poco de todo pero se contradice

En este caso, podemos decir que apagar los escaparates de mucho no va a servir, pues por suerte ahora la mayoría de la iluminación es LED, con la que se consigue un gran ahorro.

No, el problema no es la iluminación, es la climatización. Es realmente en la calefacción o el aire acondicionado donde más energía se gasta, y ahí va a ser determinante la medida de no tener el aire más bajo de 27º en verano ni la calefacción más alta de 19º en invierno. Claro, el tema es que esto incumbe solo a los edificios públicos, no se puede obligar a la gente a hacer lo mismo en sus casas o negocios, pero si queremos ahorrar, deberíamos tomarlo de referencia. Porque el palo en la factura puede ser muy gordo.

En esta línea esta la revisión de calderas y aparatos de climatización, algo que realmente no va a servir de nada, pues ya hay una normativa en vigor y estos aparatos ya tienen su protocolos. Por otro lado, también se plantea la rehabilitación energética de edificios (el 99% de los edificios en España tiene pérdidas de energía) que tampoco va a servir de nada, porque no va a llegar a tiempo para este invierno, es una medida en la que se debería haber trabajado hace años para que en esta tesitura fuéramos mejor preparados.

Estados Unidos ha entrado en recesión técnica

En El Blog Salmón

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Entre las medidas que van a llegar en un nuevo paquete en septiembre se contempla reducir la velocidad en carreteras (veremos en qué queda) y también puede llegar la imposición del teletrabajo en instituciones y organismos públicos en algunos días para ahorrar en estos edificios y también en transporte.

Pero si hay algo que también está causando malestar es el tema de los abonos de tren. Porque en lugar de subvencionarlos realmente o ponerles un menor precio, como han hecho en Alemania con un abono tipo para todo el mundo de 9 euros, el Gobierno se ha liado la manta a la cabeza con las fianzas.

Para Cercanís ha impuesto una fianza de 10 euros que se podrá recuperar siempre que de septiembre a diciembre (el periodo que estarán en vigor los abonos) se haya hecho un mínimo de 16 viajes. Si no, no te devuelven los 10 euros. En media distancia la fianza es de 20 euros y las condiciones son las mismas.

Una decisión que va a tener efecto contraproducente, pues mucha gente por no tener que dejar la fianza no querrá el abono, que además tiene una duración muy corta de solo tres meses.

Algo también muy paradójico que se quiera impulsar el transporte público mientras se sigue subvencionando la gasolina y el diésel. Por lo que la política de transporte debería tener más coherencia y subvencionar realmente el transporte público, extendiendo las rebajas al metro y el autobús, que es lo que realmente la gente más utiliza.

Habrá que ver cuando llegue el invierno si estas medidas logran ese ahorro del 7% acordado con la UE o son otra batería más de ideas (como ha pasado con la inflación) que se quedan en buenas intenciones pero no en hechos.


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Ahorrar en luz de escaparates es un gesto cosmético: las medidas más absurdas de ahorro energético

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por
Verónica Lechuga

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Cuánto es recomendable ahorrar antes de empezar a invertir con riesgo: una aproximación si tienes 20, 40 o 60 años

Cuánto es recomendable ahorrar antes de empezar a invertir con riesgo: una aproximación si tienes 20, 40 o 60 años

El ahorro es un concepto habitualmente satanizado por aquellos que buscan la dependencia socioeconómica de los ciudadanos, y tratan de vendernos la falsedad de que el que cuenta con ahorros es un avaro que ha explotado a sus conciudadanos. A partir de ahí ya entra el juego de justificar la fiscalidad más hostil para con el ahorro, que sólo esconde un afán recaudatorio que llegue hasta el último rincón socioeconómico, y que busca que todo dinero pase por ese estado en el cual los de siempre podrán meter el cazo hasta más hondo, y luego mojar sólo su propio pan.

Pero independientemente de la (des)política menos de futuro y más destructiva socioeconómicamente, el ahorro es necesario a todos los niveles. Y lo es no sólo a un nivel macroeconómicos que nos hace valernos por nosotros mismos como país, y no tener que vendernos a la dependencia y la esclavitud deudora bajo terceros, sino que el ahorro tiene también una dimensión personal igual de importante.

Es por ello por o que como ciudadanos responsables y como miembros de familias que no puedan caer en la exclusión o la hiper-dependencia, debemos plantearnos cuánto, cómo y cuándo ahorrar, lo cual pasa por saber qué parte de nuestra inversión nos es seguro que ya pueda ser dedicada a inversiones de riesgo, y cómo cambia eso a lo largo de nuestras vidas. No contar con estas necesidades de ahorro supone jugar a la ruleta rusa de la vida sin saber siquiera cuántas balas hay en el tambor.

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