Los requisitos de hardware de Windows 11 han sido causa de polémica desde que fueron anunciados por Microsoft, puesto que dejaba de lado a una cantidad descomunal de PCs equipados con CPUs anteriores a la octava generación de Intel, y/o desprovistos de módulos TPM.
Sin embargo, tenemos un notición sobre la mesa: Microsoft ha decidido rectificar su discutible decisión inicial y ahora, según publica The Verge, incumplir los requisitos recomendados de hardware sólo constituirá una limitación si pretendemos actualizar al nuevo sistema operativo desde Windows 10 haciendo uso de Windows Update.