Nvidia es la compañía líder en lo que a creación de GPU (tarjetas gráficas para videojuegos) se refiere, pero además de dotar a los jugadores de herramientas muy potentes y nuevas tecnologías como el trazado de rayos, está muy comprometida con el desarrollo de la inteligencia artificial y los procesadores para otros “dispositivos”. Ahora, Nvidia ha presentado Orin, un nuevo procesador para robots y vehículos autónomos.

Estos últimos meses os hemos contado cómo Nvidia está buscando revolucionar el mundo del desarrollo de la inteligencia artificial a través de diferentes equipos (que utilizan el asombroso ancho de banda de sus tarjetas RTX y Quadro) que son capaces de “pintar” por nosotros o, incluso, de crear videojuegos que corran en tiempo real.

Además del desarrollo de la IA, la compañía tiene entre ceja y ceja el desarrollo de chips alejados de consolas (Nintendo Switch monta un Tegra, por ejemplo) o los ordenadores. Quieren dar vida a robots y coches eléctricos, y ahí entra en juego Orin.

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Como ha detallado la compañía, se trata de un SoC (System on Chip) que, como en los móviles, cuenta con una arquitectura unificada de GPU y CPU. El chip tiene 17.000 millones de transistores, una CPU ARM Hercules y una GPU de Nvidia que ofrece una potencia siete veces superior a la de Xavier (un procesador para la inferencia de IA que lleva los cálculos de la inteligencia artificial a varios sectores).

Xavier apareció hace algo más de un año y resulta sorprendente que, en ese tiempo, Nvidia haya multiplicado por siete la potencia de su procesador. Además de la CPU y GPU, Orin cuenta con aceleradores de aprendizaje profundo que pueden realizar 200.000 millones de operaciones por segundo.

El campo de uso está claro: los cálculos de la inteligencia artificial como cerebro de robots y vehículos autónomos. Según Nvidia, Orin es el resultado de miles de millones de dólares en I D, la culminación de muchos años entrenando una red neuronal y creando un procesador que pueda descifrar todos esos cálculos en milésimas de segundo para tomar decisiones en tiempo real.

Uno de los objetivos de la compañía es dotar de un procesador lo suficientemente “inteligente” como para que los vehículos eléctricos lleguen al nivel 5 de autonomía (el máximo y el que marca que pueden conducir “solos” sin mucha atención del piloto).

Además, no rompen con el pasado, ya que han entrenado el sistema para ser compatible con barias redes neuronales (por lo que es un SoC multiplataforma) y totalmente compatible con lo programado para Xavier, ya que ambos son compatibles a través de API con el código de CUDA y TensorRT.

Es una herramienta más para conseguir coches y robots autónomos. Eso sí, desde hace un tiempo la barrera no solo es tecnológica, sino legislativa, algo que va bastante más lento que los avances en procesadores e inteligencia artificial.

*Artículo original publicado por Alejandro Alcolea en Computerhoy.com