A finales de agosto la empresa de espacios colaborativos WeWork anunció su intención de salir a bolsa a través de su matriz ‘The We Company’. En El Blog Salmón analizamos entonces las señales de alarma que emitía la propuesta, entre ellas una valoración inflada y conflictos entre los intereses de la compañía y los del fundador, Adam Neumann.
Desde el anuncio, todo ha ido cuesta abajo para WeWork. Los analistas pincharon el globo de la valoración de la compañía y la recepción de una posible salida a bolsa fue tan negativa que los planes se cancelaron a las pocas semanas. Finalmente, los accionistas mayoritarios han presionado para que Neumann abandone la compañía que fundó, generosa indemnización mediante.
El accionista mayoritario de WeWork es precisamente Vision Fund, el megafondo de inversiones de la multinacional japonesa Softbank (con una importante porción de capital saudí y emiratí) que ha regado el sector tecnológico de miles de millones de dólares. El batacazo de WeWork supone un grave revés para Vision Fund, que había realizado una apuesta muy importante en la compañía de Neumann. ¿Es WeWork el canario en la mina? ¿estamos ante el fin de la nueva burbuja puntocom inflada por fondos como Vision Fund?
El valor real de WeWork es como mucho 5 veces menos de lo anunciado
A principios de 2019, SoftBank realizó una enorme inversión en WeWork a través de Vision Fund: 6.000 millones de dólares. Se trata de la mayor inversión en la historia del fondo después de Uber. La inversión de SoftBank implicaba valorar a WeWork por 47.000 millones de dólares, una cifra completamente exagerada para una empresa con mucho potencial pero resultados aún modestos.
Antes de cancelar su salida a bolsa, WeWork ya había asumido que su valor bursátil era hasta 5 veces menos de lo pagado por SoftBank
En aquel momento aún no se conocían los entresijos de la compañía, pero unos meses después el folleto de salida a bolsa revelaba la suficiente información como para confirmar las sospechas: las acciones de WeWork valían mucho menos de lo que SoftBank había pagado por ellas. Por comparar, la mayor empresa de alquiler de espacios de trabajo del mundo, Regus, tiene unos ingresos anuales y unos márgenes similares a los publicados por WeWork, y su valoración no alcanza los 4.000 millones de dólares. Ni el potencial de crecimiento ni el valor añadido que WeWork pueda tener frente a Regus justifican una valoración más de 10 veces mayor.
A mediados de septiembre los directivos de WeWork ya habían bajado de las nubes y asumido que la valoración de la compañía en bolsa sería a lo sumo de entre 10.000 y 12.000 millones de dólares, es decir, entre cuatro y cinco veces menos de la valoración realizada por SoftBank apenas unos meses antes. A finales de mes Neumann había sido remplazado al frente del barco y la compañía finalmente decidió cancelar la salida a bolsa mientras buscaba urgentemente fondos para poder seguir operando.
Adam Neumann ha caído en desgracia… pero se embolsará 1.700 millones
El papel de Adam Neumann, fundador y hasta hace poco CEO de WeWork, era uno de los aspectos más controvertidos de la compañía. Los conflictos de intereses eran evidentes. Neumann, por ejemplo, posee varios edificios por los que WeWork le paga alquileres directamente a él. Quizá la anécdota más paradigmática de la forma en que Neumann exprimía la compañía para su beneficio personal sea el hecho de venderle a la compañía la marca ‘We’, que él mismo había registrado, por casi 6 millones de dólares.
La fracasada salida a bolsa proporcionó la excusa que SoftBank necesitaba para amortizar a Neumann, después de haber protagonizado escándalos como propiciar la retención de su avión privado por la gran cantidad de marihuana que llevaba a bordo. El 24 de septiembre, se anunció la noticia de la salida de Neumann, remplazado por Marcelo Claure, un ejecutivo boliviano de SoftBank.
Pero Neumann no se ha ido gratis. Después de haberse lucrado durante años con WeWork, la compañía le indemnizará con 1.700 millones de dólares a la vez que prepara el despido de 2.000 empleados alrededor del globo. En concreto, Neumann recibirá casi 1.000 millones por sus acciones de WeWork, una línea de crédito de 500 millones y otros 200 millones como ‘comisión de consultoría’. Una generosa recompensa por haber llevado uno de los ‘unicornios’ más prometedores a rozar la quiebra. Con Neumann se van también muchos de los amigos y familiares enchufados a puestos de mando, así como el famoso avión privado, valorado en 60 millones.
¿Hay futuro para WeWork? SoftBank aún cree que sí
Hace apenas unos días el nuevo hombre fuerte de WeWork, Marcelo Claure, se dirigió a los empleados de la compañía para confirmar que habría un importante número de despidos pero SoftBank se comprometía a garantizar la viabilidad de la compañía. La multinacional japonesa controla ahora el 80% de la empresa, tras haber realizado un desembolso total de 18.500 millones de dólares, «más que el PIB de Bolivia«, en palabras del propio Claure.
SoftBank controla ahora el 80% de la compañía pero tendrá que hacer frente a despidos y una fuerte restructuración
Tras redoblar su apuesta, SoftBank se juega con WeWork no solo buena parte de su dinero sino su prestigio como firma de referencia en el panorama tecnológico mundial. El dinero de SoftBank permitirá a WeWork poder sobrevivir momentáneamente sin la necesidad buscar crédito a la desesperada, pero la compañía necesita realizar importantes reformas estructurales para garantizar su futuro.
El analista Scott Galloway, uno de los primeros en destripar los problemas de WeWork, propone entre otras cosas cambiar completamente el equipo directivo para remplazarlos por expertos en el sector inmobiliario, enfocarse en aumentar los márgenes en lugar de expandirse geográficamente, y deshacerse de todos los negocios secundarios (como por ejemplo los apartamentos compartidos ‘WeLive’), que hasta ahora solo han servido para perder dinero.
Pero quizá los problemas de WeWork son solo un síntoma de problemas mayores en el mundo tecnológico. Empresas como Snapchat o Uber (la otra gran apuesta de SoftBank) siguen cotizando en bolsa muy por debajo de sus expectativas iniciales y el Nasdaq muestra indicios que recuerdan sospechosamente al ‘crash puntocom‘ del año 2000. Es posible que nos encontremos cerca del estallido de una nueva burbuja tecnológica.
En El Blog Salmón | WeWork sale a bolsa con polémica y muchas señales de alarma
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La caída de WeWork: ¿el principio del fin de la segunda burbuja ‘puntocom’?
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erlik
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