En Europa, se ha vivido el auge de la presión migratoria como un intento de ruptura del statu quo, de ahí que partidos de extrema derecha hayan logrado buenos resultados en los diferentes países de los estados miembros.
Si señalamos un punto específico de la crisis migratoria, tenemos a Siria que, a causa de la guerra civil, trajo consigo una crisis humanitaria que llevó a un éxodo cercano a siete millones de personas desde 2012. De ahí surge el debate sobre inmigración sí o inmigración no.
En este caso, la Unión Europea utilizó a Turquía como dique de contención, pagando parcialmente la correspondiente factura por los costes vinculados a la retención de los refugiados y firmando un compromiso (no ejecutado) de unas cuotas para los países miembros.
Pudiera parecer todo un récord en el número de personas que abandonan su país, pero un país asumirá un éxodo aun mayor, Venezuela. El personal del FMI analizó el impacto de la migración desde Venezuela hacia los países receptores, suponiendo que la migración continúe en los próximos años y alcance los 10 millones de personas en 2023, hoy el éxodo es de 6,5 millones de personas.
El país con una hiperinflación prevista para el cierre del año del 200.000% vive el mayor éxodo conocido en el menor espacio de tiempo. En octubre de 2019, Naciones Unidas estimó que 4,5 millones de venezolanos habían abandonado el país, y que 3,7 millones de personas se instalaron en otros países de América Latina y el Caribe.
En este caso no ha habido dique de contención y el éxodo venezolano se ha repartido mayoritariamente por los países de América Latina, destacando a Colombia cómo principal receptor.
A partir de aquí podemos resaltar cuál ha sido el impacto en las cuentas públicas de estos países, el mercado laboral y la expectativa de crecimiento económico.
El impacto económico del éxodo venezolano en los países receptores
Venezuela vive unas condiciones económicas y humanitarias siguen siendo difíciles. Se prevé que el PIB real caiga un 35% este año, sí solo en un año, lo que representa una contracción acumulada de alrededor del 65% desde 2013. Con estos ingredientes sumados a la hiperinflación, es del todo entendible el éxodo masivo.
Ese éxodo tiene un impacto cuantificado tanto en un mayor gasto de los países receptores para su integración, así como en sus respectivos mercados laborales. Los principales países receptores han sido: Colombia, Panamá, Perú, Chile, y Ecuador.
El impacto viene dado por las presiones presupuestarias, las naciones receptoras están brindando un apoyo útil a los inmigrantes en forma de ayuda humanitaria, atención médica básica, educación, validación de títulos educativos y búsqueda de empleo.
Colombia, ha sido el país que ha recibido un mayor número de venezolanos, 1,4 millones para una población de 49 millones, por lo que el impacto en sus cuentas ha sido el mayor de todos ese gasto adicional con un impacto cuantificado del 0,6 puntos de PIB para 2023, también tenemos el 0,3% en Ecuador y Perú, y el 0,1% en Chile.
Para hacernos una idea de la movilización de recursos que le supone a Colombia es como si el Gobierno español debiera utilizar anualmente más de 7.000 millones de euros para atender las necesidades de integración.
Sin embargo, en el corto plazo, la afluencia de ese éxodo, dependiendo de la velocidad y la escala de las entradas, puede ejercer presión sobre los mercados laborales para absorberlos, desplazar a algunos trabajadores locales y profundizar el mercado negro.
Para Colombia, El desempleo de la población migrante duplica al de la población de áreas receptoras y la incidencia de pobreza tiene una tendencia creciente. Las tasas de participación laboral de la población migrante llegaron al 80% en 2017. La tasa de desempleo de los inmigrantes es de 22%, frente a 9% de la población nativa.
Según valora el FMI, ese flujo migratorio tendría un impacto positivo a un plazo mayor. Valora que teniendo en cuenta la edad, el tamaño y los niveles de habilidad de los migrantes, así como el hecho de que la mayoría ha tomado trabajos poco calificados en la economía sumergida, se estima que la migración de Venezuela aumentará el crecimiento del PIB en los países receptores entre 0,1 y 0,3 puntos porcentuales en promedio anual durante 2017-2030.
Consideraciones más allá del análisis
Los resultados de este análisis no deben de ser trasladados a todos los éxodos masivos porque hay dos variables a tener en cuenta para estos resultados. En primer lugar, una cultura o idioma que facilite el período adaptación, es decir una integración en el país receptor que permita reducir el tiempo de transición para la incorporación plena en el mercado laboral.
Este punto es importante ya que dada una menor adaptación, el uso de los servicios públicos que se encuentran financiados por los contribuyentes locales del país receptor sería más intensivo. Se trataría pues de una renta en especie percibida neta y, consecuentemente, una menor utilidad para los nacionales.
En el caso de Venezuela, el idioma no representa una barrera de entrada porque todos los países receptores hablan español y las costumbres o culturas no supone un gran impedimento para la posterior integración.
Otro de los puntos para analizar es si existe una gran diferencia en los mercados laborales. Hablamos de la tipología de sectores productivos y si las necesidades implícitas son de bajo medio o alto valor añadido. Si el colectivo que integra el éxodo está vinculado a bajos niveles de productividad, y en el país receptor existe una industria de valor añadido medio-alto, existirán problemas para su adaptación, que deberán ser solucionados mediante una inversión en capital humano, una movilización de recursos a cargo de los contribuyentes.
Si hablamos de Venezuela y los países receptores, tampoco existe un diferencial productivo elevado. No obstante, como hemos visto en los datos de desempleo de Colombia, el punto de partida es de un desempleo del doble frente la tasa local, una brecha que debería reducirse gracias a la aportación económica al crecimiento.
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La noticia
¿Cómo afecta una avalancha migratoria a los países receptores? El caso de Venezuela
fue publicada originalmente en
El Blog Salmón
por
Marc Fortuño
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