Europa aprueba la primera ley de regulación de inteligencia artificial: siete aplicaciones prohibidas, dos reguladas y excepciones

Europa aprueba la primera ley de regulación de inteligencia artificial: siete aplicaciones prohibidas, dos reguladas y excepciones

Aunque esta es una cuestión peliaguda y de largo recorrido donde Alemania, Francia e Italia ya establecieron inicialmente sus bases, en los últimos días conocíamos el estado y alcance de las conversaciones para establecer una regulación de la inteligencia artificial en la Unión Europea que ha culminado en   un acuerdo provisional, en tanto en cuanto que deberá ser ratificado tanto por los estados miembros como por el Parlamento. ¿El resultado? Una definición de obligaciones y normativa para la inteligencia artificial en la nueva IA Act: estos son sus puntos más importantes.

Entre la noche del viernes y el sábado se cerraba este acuerdo provisional de esta ley de inteligencia artificial pionera en el mundo, algo de lo que el comisario Thierry Breton se jactaba en su perfil de X/Twitter. De forma más solemne, la presidencia española del Consejo de la UE explicaba en la misma red social que este acuerdo provisional tiene como objetivo ‘garantizar que los sistemas de IA comercializados y usados en la UE sean seguros y respeten los derechos fundamentales y los valores UE.’ De este modo, la presidencia europea cumple uno de sus objetivos previstos antes de terminar su ciclo a finales de este año.

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Este acuerdo provisional comenzaba a cocerse el miércoles y, horas y horas de duras negociaciones después por cuestiones clave como hasta dónde permitir la autorregulación del sector y dónde intervenir, prohibiciones y excepciones o simple y llanamente por detalles que todavía no se han revelado. Vamos a ver las aplicaciones prohibidas, excepciones y obligaciones fundamentales de esta ley.

Lo esencial: transparencia y clasificación por riesgos

Transparencia en la presencia de la IA en el día a día. Chatbots, deepfakes y otros contenidos generados por inteligencia artificial deberán ser claramente etiquetados, de forma que usuarios y usuarias sepan que están frente a una inteligencia artificial. Aquellos contenidos made in IA, además deberán estar marcados para que sea detectado como tal. Asimismo, en caso de usar sistemas de categorización biométricas o reconocimiento de emociones, las personas deberán ser informadas.

La clasificación de usos y aplicaciones inteligencia artificial se definirá en función de su riesgo:

  • De riesgo mínimo, en el que entran la mayoría. Aquí tiene cabida los sistemas de recomendación o filtros de spam. Se considera que suponen un riesgo mínimo o nulo para los derechos o la seguridad de la ciudadanía y como tal, carecerán de obligaciones. Sin embargo, quien así lo desee puede comprometerse a adoptar códigos de conducta voluntarios.
  • De alto riesgo. Se considerarán como tal por su potencial  daño a la salud, la seguridad, los derechos fundamentales, el medio ambiente, la democracia y el Estado de derecho (por ejemplo, aquellos que pueden usarse para influir en el resultado de las elecciones), como pueden ser infraestructuras energéticas, dispositivos médicos, control de fronteras, administración de justicia, sistemas biométricos. Los que se clasifiquen en este nivel tendrán que cumplir una serie de requisitos como registro de actividad, documentación detallada, información clara del usuario, supervisión humana y un alto nivel de robustez, precisión y ciberseguridad. La ciudadanía podrá presentar quejas sobre estos sistemas y recibir explicaciones sobre decisiones basadas en IA de alto riesgo que afecten a sus derechos.
  • De riesgo inaceptable porque se consideren una clara amenaza a los derechos fundamentales de las personas, como aquellas que manipulen el comportamiento humano para eludir el libre albedrío, juguetes que fomenten comportamientos peligrosos, sistemas de puntuación social, vigilancia policial predictiva o algunos usos biométricos como para el trabajo o vigilancia. Estas IA serán prohibidas.

Estas son las aplicaciones prohibidas o muy reguladas de la IA

Mención especial merecen esas aplicaciones de la inteligencia artificial que constituyen una amenaza para los derechos, la ciudadanía y la democracia, cuya consecuencia implica su prohibición:

  • Sistemas de categorización biométrica que utilizan características sensibles (como puede ser credo, religión, orientación sexual o raza).
  • Sistemas de extracción para bases de datos captando información indiscriminadamente a través de internet, TV o CCTV.
  • Reconocimiento de emociones en el lugar de trabajo y en instituciones educativas.
  • Social scoring, o lo que es lo mismo, la puntuación social basada en comportamiento social o características personales.
  • Sistemas de IA que manipulan el comportamiento humano para alterar su libre voluntad.
  • Sistemas de IA que explotan las vulnerabilidades humanas, por ejemplo, la edad, discapacidad, situación social o económica.

La excepción de los sistemas de identificación biométrica. Ojo porque la identificación biométrica es un tema peliagudo ya que no está totalmente prohibida:  podrá usarse con fines policiales previa autorización judicial y para una serie de delitos claramente estipulados. Así, se emplearía incluso en tiempo real para búsqueda selectiva de una persona sospechosa o condenada,  víctimas (secuestro, trata, explotación sexual) o amenaza terrorista, entre otros casos.

¿Qué parte de la ley aplica a ChatGPT y similares? Aquellos sistemas de inteligencia artificial de propósito general tendrán que cumplir criterios de transparencia anteriormente mencionados, pero también la elaboración de documentación técnica, el cumplimiento de la ley de derechos de autor de la UE y la difusión de resúmenes detallados sobre el contenido utilizado para la formación.

¿Qué pasa si no se cumple con la ley?

Como recoge la nota de prensa de este acuerdo provisional de la ley, el no cumplimiento de estas normas puede traducirse en multas que van desde 7,5 millones o el 1,5% del volumen de negocios hasta los 35 millones de euros o el 7% del volumen, en función del tipo de infracción cometida y el tamaño de la empresa.

¿Cuándo entrará esta ley en vigor?

Este acuerdo provisional no deja de ser un paso más, un hito cumplido a un largo recorrido que lleva más de dos años en el horno y al que todavía le queda. La IA Act comenzó a fraguarse en la primavera de 2021, como recordó ayer Ursula Von der Leyen.

Después, los estados miembros y el Parlamento Europeo deberá ratificar el texto final antes de que entre en vigor. Este proceso previsiblemente demorará la entrada en vigor de la ley hasta previsiblemente 2026, aunque algunas de estas secciones estarán operativas antes.

Portada | Jernej Furman | Tingey Injury Law Firm vía Xataka

En Genbeta | La controversia en la regulación de la IA: los creadores piden regulación a los gobiernos pero estos no saben qué está por llegar


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Europa aprueba la primera ley de regulación de inteligencia artificial: siete aplicaciones prohibidas, dos reguladas y excepciones

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Eva Rodriguez de Luis

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Europa ha conseguido lo imposible, abandonar el gas ruso y poner en problemas a Putin

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Durante 2022 La Unión Europea ha conseguido algo por lo que nadie daba un duro hace tan sólo seis meses, prescindir del gas ruso sin que acabe destruyendo a su industria y el bolsillo de los europeos. Ha costado mucho y ha sido una combinación de factores, además de suerte, pero habiendo entrado en 2023, podemos dar por hecho que se ha conseguido.

Por otro lado Rusia ha perdido a su principal cliente. En 2020 el 39,5% de sus exportaciones eran hacia la UE. Aunque no les faltan compradores (China e India están hambrientas de recursos, ya contaremos más al respecto en otra ocasión) no es tan fácil que sustituyan a la UE como compradores, aparte de que Rusia se queda a expensas de China

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HBO Max llegará a Europa en la segunda mitad de 2021 y doblará su catálogo con la nueva aplicación

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El pasado mes de mayo, HBO lanzó en EE.UU. HBO Max, un nuevo servicio de streaming que sumaba a su propio contenido el resto del catálogo de Warner Media, así como material exclusivo para streaming. La duda era entonces cómo repercutiría eso sobre el catálogo de HBO España.

Y hoy, durante el WebSummit 2020, la compañía lo ha aclarado: HBO España, como el resto de sus contrapartidas de Europa y Latinoamérica, se «actualizará» a HBO Max a partir de la segunda mitad de 2021, ofreciendo el «doble de contenido» y más funcionalidades.

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Pánico en Europa por el coronavirus: Las bolsas sufren el mayor batacazo desde el Brexit

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Este fin de semana hemos visto como varias ciudades del norte de Italia han sido cerradas, cortando el tráfico aéreo y ferroviario que ha sido suspendido entre Italia y Austria. Esta reacción ha provocado un pánico en los mercados financieros, con fuertes caídas en la sesión de ayer no vistas desde el Brexit, marcando un Lunes Negro.

Un pánico que viene dado porque si tenemos el coronavirus a las puertas de Europa, es muy probable que los datos adelantados económicos empiecen a deteriorarse en los próximos meses fruto de una reacción de pánico en el corto plazo que dependerá de la evolución de la pandemia. El el caso de Japón, puede hacerla encaminar a su cuarta recesión desde 2010.

Al mismo tiempo, también hay que valorar que las pequeñas interrupciones en la producción de China que llevarían a grandes repercusiones para Europa.


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Paradoja en Europa: salarios, productividad e inflación se desvinculan

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La teoría económica dice que los salarios están vinculados a la productividad, es decir, que las mejoras de productividad irán reflejadas a las mejoras salariales de los trabajadores y que las presiones salariales repercuten en altas tasas de inflación.

Pero lo cierto es que en Europa ha estado mostrando una paradoja interesante para analizar en relación a los salarios, al avance de la productividad y los niveles de inflación en los últimos años.

Los salarios han aumentado más rápidamente que la productividad en muchos países europeos, pero los signos de presiones subyacentes sobre los precios de consumo siguen siendo limitados.

Para arrojar luz sobre este rompecabezas, vamos a ver específicamente el vínculo entre el crecimiento salarial y la inflación en Europa y los factores que influyen en la fortaleza de la transferencia de los costes laborales a los precios al consumidor.

Como vemos en el siguiente gráfico, históricamente, el crecimiento de los salarios conduce a una mayor inflación, pero esta premisa se ha debilitado desde el año 2009. El traspaso es significativamente menor en períodos de expectativas de inflación moderadas, mayores presiones competitivas.

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Los precios nominales de los salarios y las condiciones del mercado laboral vinculados a la productividad han estado mejorando en Europa desde 2013, con un fuerte crecimiento del empleo y una caída del desempleo a niveles inferiores a los de la crisis en la mayoría de las economías.

En Europa, la diferencia entre el crecimiento salarial ajustado en función de la productividad y la inflación es menor, de alrededor de 0,4 puntos porcentuales, pero sigue siendo considerable en comparación con 2000-16.

En varios de estos países de la UE, el crecimiento anual de los salarios reales llegó a superar en más de un punto porcentual el aumento de la productividad desde comienzos de 2017.

La aparente desconexión entre la evolución de los salarios y de los precios en Europa en los últimos años es desconcertante. En principio si el crecimiento de los salarios reales excede las ganancias de productividad, esos mayores costes de la mano de obra a los que se enfrentan las empresas eventualmente deberían elevar los precios de los productos y servicios que proveen. Pero esto no es lo que está pasando.

Los costes laborales constituyen una gran parte de los gastos empresariales en Europa, el 53% en los países de la UE. Sin embargo, la inflación se ha mantenido obstinadamente por debajo del objetivo en muchos países, a pesar de que en los últimos tres años se han cerrado las brechas de producción y se han registrado rápidos aumentos de los salarios ajustados en función de la productividad.

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Una variedad de factores pueden explicar este rompecabezas. De como los salarios, a nivel europeo, avanzan en ausencia de presiones inflacionistas que se van debilitando.

Factor competencia

Un problema que surge para las empresas (que no para el consumidor) es la competencia. Las estrategias de fijación de precios de las empresas dependen en gran medida de su exposición a la competencia, ya sea nacional o extranjera.

Traduciendo, en un entorno más competitivo, las empresas pueden ser reacias a trasladar los aumentos de costes a los consumidores por temor a perder cuota de mercado frente a los competidores o a ser expulsadas del mercado.

Tenemos que tener en cuenta es que Europa es una de las regiones del mundo más abiertas al comercio internacional y más profundamente integrada en las cadenas de suministro mundiales. El dato más significativo es que entre 1999 y 2010 el comercio exterior de la UE se duplicó y ahora representa más del 30% de su PIB.

De hecho, las encuestas de la Red de Dinámica Salarial del Banco Central Europeo indican las preferencias por parte de las empresas de la UE están más dirigidas a reducir otros costes en lugar de aumentar los precios en respuesta a las perturbaciones salariales cuando operan en un entorno más competitivo.

Factor expectativa inflación

En Europa las expectativas inflacionistas están por los suelos. Las últimas revisiones sobre la espectativa de infracción dentro de la Unión Europea han sido revisadas constantemente a la baja. A día de hoy, la inflación medida por el IAPC se situará, en promedio, en el 1,2 % en 2019, descenderá hasta el 1% en 2020.

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Cuando nos encontramos un escenario en el que las empresas esperan una inflación baja, es probable que consecuentemente perciban los aumentos de costes como transitorios o coyunturales.

Fruto de esta interpretación, pueden ser reacias a repercutir mayores costes laborales en los consumidores, ya que esperan que sus competidores suban sus precios sólo moderadamente. Y, ligando con el primer factor citado, si repercutirán esos costes se enfrentarían al riesgo de perder cuota de mercado.

Así pues, es probable que la estabilidad de precios, por ejemplo, debido a la mejora del anclaje de las expectativas de inflación, reduzca la sensibilidad de la inflación al crecimiento de los salarios.

Por el contrario, es probable que los aumentos de costes sean percibidos como más persistentes en países con una inflación relatuvamente alta y expectativas de inflación más altas. En ese contexto, las empresas sí son más proclives a repercutir esos costes al consumidor, obteniendo más inflación.

Factor beneficios empresariales

El reciente aumento de los salarios ajustados en función de la productividad fue acompañado de una disminución de la participación en los beneficios empresariales. Desde principios de 2017, los beneficios de las empresas han disminuido cada año.

Este patrón sugiere que las empresas están utilizando sus reservas de para absorber el crecimiento salarial más rápido que hemos visto, en lugar de pasar los costes laborales más altos a sus clientes.

En los países y períodos en los que la participación en los beneficios del sector empresarial en toda la economía es relativamente elevada, una proporción significativamente menor del crecimiento salarial se refleja en la inflación de los precios al consumo. En Europa, aunque el avance de los resultados empresariales es pobre, el porcentaje de beneficios sobre el Valor Añadido Bruto es relativamente alto, del 40%.

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Nos encontramos con que con un aumento de 1 punto porcentual en los costes laborales conduce a un aumento acumulativo de la inflación de sólo 0,7 puntos porcentuales durante el período de tres años, cuando se evalúa en el 75º percentil de la distribución de la rentabilidad empresarial.

Si nos enfocamos a aquellas empresas que tienen mayores problemas de rentabilidad empresarial, con beneficios escasos (percentil 25º de la distribución de la rentabilidad corporativa), el impacto del crecimiento salarial sobre la inflación es 2,5 veces mayor, con un impacto algo mayor.

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Paradoja en Europa: salarios, productividad e inflación se desvinculan

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El Blog Salmón

por
Marc Fortuño

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