4 alucinantes obras de arte creadas con Inteligencia Artificial

La Inteligencia Artificial nos ha legado obras de arte interesantes en los últimos tiempos que conducen a repensar los conceptos de autoría, interactividad, creatividad o relación entre seres humanos y algoritmos. Repasamos algunas de las más peculiares.

Retrato de Edmond Belamy

cuadro

En 2018 Christie’s se convirtió en la primera casa de subastas en poner a la venta una obra de arte creada a partir de un algoritmo. La pieza en cuestión se trata de Retrato de Edmond Belamy. Inspirada en la estética del siglo XVIII, la firma que lleva no es otra que la fórmula de álgebra que sirvió para su creación: Min (G) max (D) Ex [log (D (x))] Ez [log (1-D (G (z)))]. El sistema inteligente fue entrenado con un juego de datos de 15.000 retratos pintado entre los siglos XIV y XX. 

La pieza parte de un interesante diálogo artístico: forma parte de una serie de 11 retratos de carácter único elaborados por Obvious, un grupo de artistas con sede en París, que se sirven de la Inteligencia Artificial y los algoritmos como motores de creación, experimentando acerca de la noción de crearividad para las máquinas, invitando a considerar las distinciones entre los cerebros humanos y los artificiales a la hora de crear.

Finalmente el retrato fue vendido por 432.500 dólares a un cliente francés. 

IBM Watson y su escultura inspirada en Gaudí

IBM Watson

Crédito: Pau Barrena / Bloomberg

Creada en 2017 y expuesta en 2018 en el Mobile World Congress, esta obra de arte nacida de la Inteligencia Artificial de IBM conocida como Watson -y como múltiples aplicaciones médicas, industriales, económicas o para la ciencia de datos– constituye una instalación artística inspirada en la obra del famoso arquitecto modernista catalán Antoni Gaudí.

Denominada “la primera escultura pensante”,  surge tras el análisis por parte de los superordenadores de IBM de cientos de trabajos de Gaudí, aunque también han intervenido las mentes humanas del estudio de diseño SOFTlab de Nueva York. Watson también ha bebido de artículos literarios y música vinculada al artista. 

Puedes admirar su poliédrica belleza, formas sinuosas y efectos coloristas en el siguiente vídeo.

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Proto, un disco hecho a medias con un programa de machine learning

Tal y como te contamos en este artículo, la artista de sonido conceptual y compositora Holly Herndon lanzó en 2018 un álbum musical titulado PROTO, inspirado en la inteligencia artificial y compuesto “mano a mano” con un sofisticado programa de aprendizaje automático llamado “Spawn”, apodado cariñosamente por ella como su “bebé IA”.

Herndon’s Spawn es una “inteligencia inhumana alojada en un juego de bricolaje para PC de juegos”. Se trata de un disco extravagante que hace hincapié “en el arte de las canciones alienígenas y las nuevas formas de comunión”. El algoritmo basado en aprendizaje automático adquirió conocimientos cimo “identificar y reinterpretar sonidos desconocidos en sesiones de canto grupales de llamada y respuesta en ceremonias de entrenamiento en vivo desarrolladas en Berlín.

¿Hay pinceles después de la muerte? Rembrandt resucita gracias a la IA

rembrandt pintar

Tan real que asusta y tan fiel a los parámetros de la obra del famoso pintor europeo que hasta los expertos dudarían a la hora de reconocerlo. Esta obra pictórica, único Rembrandt pintado “después de la muerte” se titula el ‘Nuevo Rembrandt’ y ha sido generado mediante software inteligente, entrenado con múltiples variables y datos de la obra del artista barroco. 

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Sin embargo, la huella humana, la creatividad, el trabajo y lo impredecible también se dan cita en estas obras que hace unas décadas parecerían fruto de la ciencia-ficción. Obvious, los creadores del Belamy con el que abrimos este artículo explicaban que utilizar y aplicar algoritmos basados en Inteligencia Artificial requiere mucha artesanía porque son muy inestable e impredecibles. Se necesita tiempo, ajustes y mucho entrenamiento.

¿A dónde nos llevará el arte de este siglo XXI?

Este robot es capaz de hacer alucinantes malabares

Cómo se mueve un robot? Si nos ponemos a pensar en ello nos vienen a la cabeza los robots que andan, que ruedan, o que usan varias patas. A la hora de coger objetos, lo más habitual es recurrir a manos artificales, ganchos, pinzas, etc. Pero cuando necesitas precisión, hay que recurrir a… los cables.

CableEndy fue el proyecto de tesis doctoral del ingeniero Andrej Rajnoha, que ha desarrollado en la empresa B&R Automation, en Brno (República Checa).

CableEndy es un cablebot, un robot que se mueve utilizando cables tensionados. Es un sistema que se utiliza cuando necesitas velocidad y precisión. Lo demuestra en este espectacular vídeo en donde es capaz de lanzar al aire una pelota de tenis y recogerla él mismo a un velocidad endiablada, y con una precisión que asombra. No te lo pierdas porque es espectacular, digno de un número circense:

Las cifras de CableEndy son impresionantes: puede moverse en seis direcciones, alcanza una velocidad de 6 metros por segundo (21,6 Km/h), soporta aceleraciones de hasta 10G, y mantiene una precisión de 1 mm. Por eso siempre atrapa la pelota.

En realidad el funcionamiento de este cablebot es pura física y matemáticas. Los cables tensionados se mueven en determinados ángulos que se llevan a cabo mediante cálculos, y sabiendo la velocidad y la dirección podemos saber cómo hay que moverlos, o con qué fuerza, para llegar a un punto exacto.

Los cablebots se usan en numerosas industrias en donde se requiere velocidad y precisión para manipular objetos. Una de sus aplicaciones más conocidas es la Skycam, la cámara que realiza panorámicas aéreas de los estadios de fútbol. Se mueve mediante cables que se tensan, para mantener una velocidad constante:

CableEndy es solo un proyecto de feria para mostrar las habilidades físicas y la precisión de estos robots con cable, pero las compañías buscan continuamente nuevas aplicaciones. Actualmente se está desarrollando una impresora 3D que funciona con este sistema.

*Artículo original publicado en Computerhoy.com

Medusas cyborg explorarán las remotas profundidades del océano

Un equipo de científicos de Stanford y Caltech ha encontrado una singular forma de analizar la parte más profunda y desconocida el mar: adjuntando microelectrónica de baja potencia a la parte inferior de las medusas para crear robots biohíbridos que nadan tres veces más rápido que las normales. Estas criaturas cyborg estarían equipadas con sensores inteligentes, desbancando a los submarinos, más ineficaces y poco manejables para desempeñar esta tarea.

En el ensayo llevado a cabo, los científicos fueron capaces de usar sacudidas eléctricas de los controladores microelectrónicos para hacer que las medusas naden no solo más rápido sino también de manera más eficiente, según un artículo publicado en Science Advances. “Hemos demostrado que son capaces de moverse mucho más rápido de lo normal, sin un costo excesivo en su metabolismo“, dijo la coautora y candidata al doctorado en bioingeniería de Stanford, Nicole Xu, en un comunicado.

11 cosas que puedes hacer para mantener los océanos limpios

Las medusas cyborg podrían revolucionar la forma en que exploramos los misterios de los océanos del planeta. En estos momentos los investigadores ya están buscando llevar su proyecto un paso más allá añadiendo más controles a la protésis microelectrónica que portan estos hipnóticos animales para agregar, además de la velocidad, habilidades de dirección y detección.

“Si podemos encontrar una manera de dirigir estas medusas y también equiparlas con sensores para rastrear cosas como la temperatura del océano, la salinidad o los niveles de oxígeno podríamos crear una red oceánica verdaderamente global donde cada uno de los robots de medusas cuesta unos pocos dólares para instrumentar y alimentarse de energía de presas que ya están en el océano”, reveló el otro autor principal e ingeniero mecánico de Caltech, John Dabiri.

“Los datos sobre el océano son increíblemente útiles para muchas aplicaciones”, dice Elliott Hazen, ecologista del Servicio de Pesca Marina de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, a la revista Scientific American. “Comprender los patrones en el océano puede ayudarnos a mejorar nuestra capacidad de predecir el clima. Al mismo tiempo, utilizamos mediciones oceánicas todo el tiempo para ayudar a dirigir las actividades marinas.”

Fuente | Futurism

Australia arde mientras sus dirigentes se aferran al carbón

En 2006 un estudio publicado en la revista Science llegó a la conclusión de que, debido al cambio climático, las condiciones secas duran más y, a su vez, causan temporadas de incendios más prolongadas. Los investigadores analizaron 34 años de incendios forestales en el oeste de Estados Unidos, cuyo clima mediterráneo-templado es muy similar al del suroeste y sureste de Australia, donde los incendios son más intensos.

Los incendios y el cambio climático son inseparables.

El cambio climático inducido por las emisiones de gases de efecto invernadero está aumentando la extensión de la temporada anual de incendios, que era tradicionalmente el verano.

Los incendios forestales en zonas templadas y boreales también arden más rápido y a mayores temperaturas porque hay más combustible para quemar. Esto es debido al derretimiento temprano de la nieve y a la desecación de la madera provocados por el calentamiento global.

El bosque arde en Australia, un país en el que no abundan los bosques y uno de los países más vulnerables a los cambios climáticos. La superficie forestal de esa isla-continente ocupa un 17 % del total, menos de la mitad de la española (36 %).

Los más de diez millones de hectáreas consumidas hasta ahora en Australia son los más intensos registrados en el país y los más extensos desde que hay registros oficiales. Modificada del original.

Las condiciones cálidas y secas que han alimentado los incendios no son nada nuevo en Australia, pero, como puede verse en la gráfica, esta temporada de incendios ha sido con diferencia la más calamitosa. En otro artículo publicado en The Conversation ya se han apuntado algunas de las razones de un desastre que ya predecían los científicos australianos cuando calculaban los efectos de un cambio climático, ya convertido en emergencia.

Los autralianos emiten el triple de CO₂ que los españoles

Aunque reconozcamos esos factores, pretender que no pasa nada porque los fuegos son un fenómeno normal solo prueba que los intereses económicos de los poderosos se imponen a los razonamientos ecológicos. Mientras Australia arde, su actual Gobierno reafirma el compromiso con el carbón y amenaza con convertir en delito los boicots a empresas destructoras del medio ambiente.

Australia tiene una de las emisiones de dióxido de carbono per cápita más altas del mundo. El país fue responsable del 1,1 % de todas las emisiones mundiales de CO₂ entre 1850 y 2002. Hoy, los australianos representan el 0,3 % de la población mundial pero liberan el 1,07 % de los gases de efecto invernadero del mundo.

Los 7 inventos más importantes para combatir el cambio climático

Las emisiones anuales per cápita de los australianos (16 toneladas) casi triplican a las españolas (6), están muy por encima de la OCDE y de la media de los países desarrollados y continúan aumentando debido a la falta de compromiso gubernamental. Australia utiliza carbón (70 %) para generar electricidad. El resto viene de la quema de otro combustible fósil, el gas natural.

Carece de energía nuclear, emplea muy bajos niveles de energía hidroeléctrica y utiliza muy poca energía solar, eólica y de mareas.

Un suicidio anunciado

Los incendios de Australia son un suicidio anunciado que ocurre cuando un Gobierno negacionista y una política irresponsable se topan con los efectos del cambio climático. Años de gobiernos liberal-conservadores financiados por la industria del carbón y carentes de políticas medioambientales han llevado al país a convertirse en uno de los peor situados en lo que a prevención de la emergencia climática se refiere.

A finales de los 80 y principios de los 90 hubo un claro consenso entre los dos principales partidos políticos australianos sobre la necesidad de actuar contra el cambio climático. Sin embargo, después de la recesión de los 90, los gobiernos conservadores comenzaron a cuestionar esta amenaza. En 1997, Australia y Estados Unidos fueron los únicos países que no ratificaron el Protocolo de Kioto.

Australia asistió a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015 y adoptó el Acuerdo de París. En las elecciones de 2018, la victoria de los conservadores supuso la llegada al Gobierno de un negacionista climático, Scott Morrison. Así, el país oceánico se unió a Rusia, Turquía y Brasil como seguidores de la promesa del presidente Trump de retirarse del Acuerdo de París.

La población australiana está mayoritariamente a favor de las políticas medioambientales, pero la acción del fortísimo lobby minero en el país líder en exportaciones de carbón, unida al poder mediático del negacionista Rupert Murdoch – cuyos medios lideraron la campaña que elevó al liberal Morrison a primer ministro – ha conducido a una falta de prevención cuyas consecuencias vemos ahora.

El presidente Morrison, capaz de seguir de vacaciones en Hawái mientras su país ardía por los cuatro costados, puede pretender que es “lo de siempre”, pero las evidencias lo desmienten y reclaman acciones internacionales decididas. Si Australia sigue así el enorme problema no lo tienen solo nuestros antípodas, sino el mundo entero.

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El último ejemplo de una larga lista

El verano de incendios australiano solo es el último en la cadena de sucesos meteorológicos catastróficos ocurridos el año pasado.

Los miles de incendios en Angola, en el Congo y en Brasil, los refugiados climáticos de Luisiana, las inundaciones en Florida y en el Medio Oeste estadounidense. Una ola de calor en India que elevó las temperaturas hasta los 50 ⁰C y otra que provocó temperaturas insólitas en buena parte de Europa, donde hemos disfrutado de una Navidades primaverales que han obligado a poner nieve artificial en las calles de Moscú.

Ante desastres como el de Australia, Donald Trump y quienes lo imitan hacen todo lo que pueden para que se repitan. El apocalipsis se convierte en la nueva normalidad. La desoladora paradoja de lo que está ocurriendo es que el negacionismo climático se vuelve más extremo ahora que las perspectivas de una acción decisiva deberían ser mejores que nunca.

Los peligros del cambio climático no son ya profecías distópicas sobre el futuro. Podemos ver el daño ahora, en tiempo real, aunque no sea más que una pequeña muestra de lo que nos espera. Las reducciones drásticas de las emisiones de gases invernadero parecen ahora extraordinariamente fáciles de lograr, al menos desde el punto de vista económico, porque se han conseguido tantos progresos tecnológicos en renovables que ni Morrison ni Trump lograrán apuntalar la industria del carbón y de los combustibles fósiles frente a la competencia de las energías alternativas.

Si seguimos ignorando la emergencia climática, Australia solo anticipa nuestro futuro. Aunque tengamos delante las imágenes de una catástrofe colosal, muchos pretenderán mirar hacia otro lado y seguir ignorándola. Así de sencillo. Y así de lamentable.The Conversation

Manuel Peinado Lorca, Catedrático de Universidad. Departamento de Ciencias de la Vida e Investigador del Instituto Franklin de Estudios Norteamericanos, Universidad de Alcalá

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

Desarrollan un método que recolecta microplásticos usando vibraciones acústicas

En la actualidad, la comunidad científica escruta diversas líneas de acción para reducir la producción de plástico, reciclarlo mediante su reconversión en biocombustible o poder capturar de los océanos todas las nanopartículas y fragmentos de este material que daña gravemente a los ecosistemas marinos. Desde los envases de bioplástico al uso de nanobobinas magnéticas para convertir estos desechos en CO2 y agua o diversas medidas reguladoras que limitan su uso, el mundo actual pisa el acelerador para enfrentar esta contaminante plaga.

Al año te comes una cantidad de plástico equivalente a 52 tarjetas de crédito

Esta nueva investigación para captar microplásticos del océano ha sido liderada por el profesor Hiroshi Moriwaki, de la Facultad de Ciencia y Tecnología Textil de la Universidad de Shinshu, que se propuso ahondar en la existencia de una manera de sacar los microplásticos del agua aplicando principios de ingeniería. El profesor asociado Yoshitake Akiyama se juntó con él para idear una forma.

Centrándose en la gran cantidad de microplásticos en el océano causados ​​por las lavadoras, el investigador creó un dispositivo que recolecta fibras de microplásticos y microplásticos mediante vibraciones piezoeléctricas.

Según los científicos, los investigadores optaron por centrarse en los microplásticos de la lavadora porque estas máquinas descargan a las aguas fluviales alrededor de diez mil fibras por cada ciclo de lavado de 100 litros, desde fibras químicas procedentes de la ropa a pequeños pedazos de fibras microplásticas. Según los investigadores, es imposible capturar y filtrar los microplásticos.

Los cangrejos del tío Támesis están atiborrados de plástico

Según la longitud, el diámetro y la compresibilidad del microplástico, los científicos utilizaron la acústica como una fuerza para empujar los escombros hacia el centro del dispositivo de tres canales. Dos canales laterales expulsan agua limpia mientras que las fibras microplásticas se empujan hacia el medio. Los investigadores se sirvieron del elemento piezoeléctrico para crear una onda acústica.

“Los diferentes tipos de microplásticos tienen diferentes tipos de densidades, módulos volumétricos y compresibilidad, lo que genera un factor de contraste acústico (FCA) diferente”, explicaron los investigadores en el comunicado oficial. “Al elegir el ancho del microcanal para que sea la mitad de la longitud de onda en el agua, se alienta a las partículas a reunirse en el medio del tubo. Las partículas tardaron aproximadamente 0,7 segundos en enfocarse de esta manera”.

Por el momento todavía habría que esperar a poder replicar el método al mundo real. Para ello, los investigadores añadieron que deberían agregarse múltiples canales en serie y en paralelo con diferentes diámetros para capturar todos los diferentes microplásticos encontrados en el agua.

Fuente | Interesting Engineering