Intel está trabajando para proporcionar, a corto plazo, una capacidad a los equipos equipados con Linux que no tendrán los que ejecutan las diversas versiones de Windows: ser capaces de actualizar el firmware sin necesidad de reiniciar el sistema.
Ciertamente, Linux ya destaca hoy en día por requerir menos (muchos menos) reinicios que Windows a la hora de enfrentar actualizaciones. Sin embargo, las del firmware, por su particular naturaleza, eran unas de las contadas excepciones a ese principio.